Avances tecnológicos de la automoción. Propulsión híbrida.
Vehículo híbrido. Ferdinand Porsche 1899
Hoy en día es evidente que la producción de las reservas de petróleo está disminuyendo y el precio del barril se encarece, añadiendo que la legislación para controlar la emisión de los gases de escape y la polución es cada vez más exigente no es difícil adivinar que el futuro de la propulsión del vehículo será eléctrica, aunque por el momento no es barata y no es del todo eficiente. Pero todos sabemos que existe la propulsión híbrida, que aunque nos lo vendan como una novedad esta ya estaba en circulación a principios del siglo XX y si hablamos del motor eléctrico podemos decir que el primer coche eléctrico funcional se conoce desde 1832 a mano del escocés Robert Anderson. Un ejemplo de vehículo híbrido lo podemos encontrar en el tranvía que ingenió y fabricó W.H.Patton en 1890 que constaba de un motor de gas y otro eléctrico, un vehículo híbrido en toda regla. Como curiosidad, el primer coche híbrido de producción comercializado en todo el mundo con tracción delantera fue diseñado por Ferdinand Porsche en 1899 con un motor de gasolina que tenía una autonomía de 64 Km que se puede comparar con el actual Chevrolet Volt, teniendo en cuenta que a este se le atribuye, en estos 64 Km de autonomía, un 20% más de autonomía eléctrica. La verdad es que no se ha avanzado mucho.
Hoy en día el motor híbrido cuenta con un motor eléctrico que incrementa la potencia, la calidad de la marcha, disminuye el consumo y reduce las emisiones contaminantes.
El vehículo híbrido se puede clasificar en dos categorías: Semi-híbrido e híbrido integral.
Los motores de los híbridos integrales se detienen y se arrancan cuando se les ordena y aportan una asistencia de potencia extra para anular el consumo del combustible en el momento de la aceleración. Es posible, en la gran mayoría de vehículos, que el motor eléctrico sea autónomo y pueda propulsar el vehículo durante un tiempo y al mismo tiempo el motor de combustible y los sistemas de acumulación de energía de algunos frenos puedan recargar baterías.
El híbrido integral está equipado con baterías más grandes y pesadas, tiene un sistema de recarga eléctrica por enchufe y es capaz de propulsar el vehículo a través del motor eléctrico de forma independiente deteniendo el motor térmico.
La evolución del mercado, más que la de la tecnología tal y como hemos podido hacer evidente a principio de este post, obligará poco a poco la adecuación del taller a la demanda de reparación de vehículos híbridos. Es notorio que para poder reparar híbridos se deben tener unos conocimientos de electrónica más avanzados, no solo por la propulsión sino también por los sistemas de recarga o regeneración que integren. Este cambio es un desafío importante para los talleres independientes por su complejidad ya que muchos sistemas son de vanguardia y hay que cursar formación en diferentes centros especializados donde puedan tener acceso a estos conocimientos.
