¿Es rentable comprar un coche eléctrico o híbrido?

¡Hazlo social!

Como bien sabemos, comprar un coche es sinónimo de gastarse una gran cantidad de dinero y no sólo en el momento de la compra, sino que año tras año también nos supone una serie de gastos como el seguro de responsabilidad civil obligatorio, el impuesto municipal de circulación, carburante, mantenimiento y algún otro imprevisto que pueda surgir.

Puestos a pagar tal cantidad de dinero, es bueno que el coche que elijamos satisfaga a nuestras necesidades (tamaño, confort, prestaciones…) y lo más importante, que lo podamos amortizar a lo largo de su permanencia con nosotros.

Una de las dudas que se nos presenta es que tipo de motorización nos conviene más: gasolina, diesel o la última tendencia: eléctrico o híbrido.

Antes de seguir, y dando por supuesto que ya conocemos los coches a motor (tanto gasolina como diesel), vamos a comentar la diferencia entre un coche eléctrico y uno híbrido.

Coche eléctrico:

Como su nombre indica, se trata de un coche cuyo motor es eléctrico y funciona con la electricidad acumulada en una batería de gran tamaño. La recarga de esta batería se efectúa enchufando el coche a una toma de corriente adecuada para ello, algo parecido a cuando recargamos la batería del teléfono móvil.

Gracias al elevado par y número de revoluciones al que puede girar un motor eléctrico (12.000 r.p.m), la mayoría no precisan de caja de cambios ni de ningún dispositivo de embrague. Para la marcha atrás, es suficiente con invertir el sentido de giro del motor eléctrico.

La conducción de un coche eléctrico es muy parecida a la de un scooter, el conductor solo tiene que acelerar y el motor eléctrico subirá de vueltas a la misma vez que aumentará la velocidad del coche.

Su conducción es muy suave y lineal, es decir no se notan “tirones” debidos a los cambios de marcha. A su vez, son silenciosos y respetuosos con el medio ambiente.

Sin embargo, los coches eléctricos tienen un gran inconveniente: su autonomía. Por el momento, no nos permiten grandes recorridos sino que son coches pensados para trayectos urbanos o cercanías ya que suelen tener una autonomía de 100 a 200km.

Dentro la gama de vehículos eléctricos, encontramos los vehículos eléctricos de autonomía extendida. Estos coches, además del motor eléctrico, equipan un motor de combustión (normalmente de gasolina) que acciona a un generador que producirá la corriente eléctrica necesaria para recargar la batería y así seguir alimentando el motor eléctrico. Cabe destacar que este tipo de vehículos son todavía más caros que los 100% eléctricos.

Coche híbrido

Podemos definir el coche híbrido como una mezcla de un coche convencional y un coche eléctrico que se beneficia de las ventajas de ambos.

El motor principal es de combustión (gasolina o diesel) hecho que implica la equipación de componentes como depósito de combustible, línea de escape, caja de cambios (manual o automática)…

A su vez, también disponemos de un motor 

eléctrico, cosa que implica el montaje de una batería, aunque de menor tamaño que un vehículo eléctrico.

Según marca y modelo, el coche híbrido puede funcionar con el motor de combustión, motor eléctrico o ambos a la vez dependiendo de las prestaciones solicitadas por el conductor y el estado de carga de la batería.

A diferencia del coche eléctrico, la batería del coche híbrido se recarga sin necesidad de enchufarla a la red doméstica, esto se debe a que este tipo de vehículos transforman los momentos en que el coche está en retención en electricidad pero tiene la desventaja que solo puede circular con el motor eléctrico unos pocos kilómetros.

Se calcula que un coche híbrido consume un 30% menos que un coche convencional con las mismas prestaciones, además, su autonomía no depende de la corriente almacenada en la batería, hecho que nos proporciona la autonomía de un coche convencional.

Rentabilidad de los vehículos eléctricos e híbridos

En el momento de su compra y aún teniendo en cuenta las ayudas del estado, el precio de compra de un coche eléctrico o híbrido es más elevado que el de un coche normal.

El mantenimiento de un coche eléctrico es aproximadamente un 30% menor que un coche convencional, no hay que sustituir aceite, filtros, distribución, embrague… pero en su lugar, alrededor de los 200.000 km puede ser necesario sustituir la batería.

Otra ventaja de los coches eléctricos e híbridos es que en algunos ayuntamientos, tienen una rebaja en el impuesto de circulación y/o no tienen que pagar para aparcar en zona azul o algunos párkings (incluso tienen puntos de recarga gratuitos).

Teniendo en cuenta lo citado anteriormente, llegamos a la siguiente conclusión:

• El coche eléctrico es rentable cuando la media de quilómetros anuales supera los 20.000, o lo que es lo mismo, recorrer unos 60km diarios (recordamos que los coches eléctricos no nos permiten hacer viajes largos) siempre y cuando no lo vendamos antes de los diez años. Un recorrido de 100km nos supone un coste de 1.30 euros de electricidad.
• El coche híbrido, es rentable a partir de 15.000km anuales durante un plazo de 10 años. Se calcula que sale a una media de 7,00 euros cada 100 km.
• Los vehículos equipados solamente con un motor de combustión son rentables a menor plazo, se calcula una media de 9,80 euros cada 100km para un coche gasolina y de 7,50 para un coche diesel.

En este post os he dejado unas pautas para despejar vuestras dudas pero siempre es recomendable estudiar los modelos exactos a comprar considerando la diferencia del precio de compra y consumo medio de cada uno.

El siguiente enlace (http://ve.cartif.com/index.aspx) podéis introducir un modelo eléctrico o hibrido y compararlo con un modelo gasolina o diesel para ver cuál es más rentable y puede ser mejor opción de compra.